Los huevos y el conejo (que se multiplica con mucha facilidad) son símbolo de fertilidad y renacimiento de la vida. El huevo como símbolo de renacimiento es muy anterior al cristianismo, sin embargo la Biblia no lo menciona. La costumbre es una alusión a antiguos rituales paganos. Ishtar o Astarte es la diosa de la fertilidad y del renacimiento en la mitología anglo-sajona, en la mitología nórdica y en la mitología germánica.
Entre los siglos IX al XVIII, la iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma por considerarlos equiparados a la carne, por lo que la gente los cocía y así os diferenciaba de los huevos frescos y los consumía durante la Pascua de la Resurrección .